Salud y primera infancia en la zona rural de Huancavelica durante el COVID-19 | Vladimir Sarmiento*

Salud y primera infancia en la zona rural de Huancavelica durante el COVID-19 | Vladimir Sarmiento*

101846448_267331551044611_1903135082445931371_n

Panorama del anexo de Leoncio Prado, en Acobamba, Huancavelica. Tomado por el autor.

 

¿Cómo se vive la emergencia sanitaria en las comunidades andinas de la sierra centro sur del país? Escribo estas líneas desde el anexo de Leoncio Prado, comunidad de Choclococha, provincia de Acobamba, Huancavelica. En Choclococha se reportó el primer caso de coronavirus a nivel regional, mientras que la provincia de Acobamba y Huancavelica se disputan día a día el primer puesto de casos reportados en toda la región.

Desde que inició el estado de emergencia por el tema del COVID-19, los análisis y opiniones sobre la realidad provinciana —como siempre suelen serlo— son limitados. Esta debilidad trae como consecuencias problemas que impiden comprender la situación real de las atenciones en los hospitales o centros de salud de las comunidades andinas. Se sabe que en Lima los hospitales están colapsando ante el gran aumento de infectados de COVID-19. Si bien en Huancavelica no se ha llegado a ese nivel, la suspensión de otros servicios dentro de los centros de salud ha generado problemas en la población, especialmente para la atención de los —en este caso, más vulnerables— niños y niñas que sufren los más altos índices de desnutrición a nivel nacional.

El inicio del problema de atención de salud en la provincia de Acobamba está relacionado con el primer caso de coronavirus. Las primeras acciones, tanto de las autoridades del gobierno local, como la Dirección Regional de Salud, fueron poner en cuarentena al personal de salud, así como a los familiares de la persona infectada, evidenciando la completa crisis del sistema de salud en la provincia. El centro de salud de Choclococha puso en cuarentena al personal que tuvo contacto directo con el primer infectado, mientras que los demás servicios quedaron suspendidos. Entonces, se envió a casa no sólo al caso reportado, sino también a los profesionales que habían tenido contacto directo, incluso en el hospital de Acobamba, lugar donde fue derivado desde Choclococha el primer paciente con coronavirus. Esto conllevó a tener problemas como la atención a la primera infancia, adultos mayores y madres gestantes, que suelen ser los sectores de mayor vulnerabilidad a nivel local.

En la actualidad, el personal de salud, tanto del hospital como del centro de salud, han retomado sus labores. Sin embargo, debido a la situación que vivimos, sólo el servicio de emergencia está en completo funcionamiento. En el caso del hospital, decenas de pobladores de las comunidades y distritos cercanos asisten para atenderse en diversos servicios, pero no se está teniendo la capacidad de atender a toda la población que recurre diariamente debido a que, ahora más que nunca, se nota las terribles condiciones de infraestructura, tecnología y equipamiento de protección del personal de salud. Por otra parte, la situación del centro de salud de Choclococha es más complicada. Además de problemas similares a los del hospital, podemos agregar la falta de mayores servicios debido a su condición de ser una categoría inferior en la escala de salud, por lo que brinda limitados servicios a la población, en su mayoría campesina.

La primera infancia en Huancavelica tiene problemas muy graves en relación a la salud. En el 2018, el Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI) reportó que la región de Huancavelica cuenta con la tasa más alta de desnutrición infantil; y según el Sistema de Información del Estado Nutricional (SIEN) del Instituto Nacional de Salud, del total de casos evaluados en los centros de salud, el 52% de los niños y niñas de Acobamba sufren de anemia; es decir, uno de cada dos menores de tres años.

Ante esta situación y ante el contexto de emergencia en el que vivimos, estamos enfrentando grandes problemas que no se han considerado. Como había mencionado, desde el inicio de la declaratoria de la cuarentena se ha suspendido la atención de los servicios de salud, a excepción del servicio de emergencia en Choclococha, por medidas de prevención y temor por posibles contagios. Como menciona el teniente gobernador del anexo de Leoncio Prado, Hache Rodríguez: “nuestros niños menores de un año, ya no se van a hacer su control porque no están atendiendo, eso preocupa”. Así, preocupa la suspensión del Control del Crecimiento y Desarrollo Infantil (CRED), un paquete de atenciones que brinda el centro de salud relacionado al control de peso y talla, las inmunizaciones, el control de hemoglobina, entre otros. Aquellas cuestiones podrían traer consecuencias graves en un periodo corto, como alteraciones negativas en la salud de los infantes.

La preocupación del teniente gobernador tiene mucho sentido, y puede seguir afectando a la niñez que ahora no sólo se enfoca en los niños y niñas que viven en las comunidades, sino también en los y las menores de 5 años que se están reintegrando a las comunidades procedentes de Lima, muchos de ellos reportados con coronavirus. Según la Dirección Regional de Salud de Huancavelica, para el 1 de junio del presente año se han reportado 80 casos de niños contagiados con coronavirus, de los cuales el 41% pertenecen a la provincia de Acobamba, que serían unos 33 infantes positivos, en su mayoría provenientes del éxodo desde de Lima ocurrido semanas atrás. Estamos entonces, ante un grave problema sabiendo que dentro del universo de poblaciones vulnerables al coronavirus se encuentran los niños y niñas menores de cinco años.

¿Qué medidas se tomará desde el Estado para reiniciar las labores en los centros de salud de las comunidades andinas? ¿Cómo la falta de atención repercutirá en la salud de la sociedad huancavelicana, teniendo en consideración que es una de las regiones más pobres del país y con uno de los niveles más altos de desnutrición y anemia en su niñez?

Desde las instancias estatales que encontramos en la provincia, absolutamente todas se están ciñendo a lo que el Estado central dispone como política de lucha contra el COVID-19. A pesar de ello, muchas de las medidas no están pensadas en las diversas realidades económicas, sociales y culturales del país. Sólo para dar un ejemplo, las medidas de distanciamiento social e incluso el uso de mascarillas, no tienen grandes efectos en comunidades donde la población sólo se reúne en espacios como el hogar, mientras que en el resto del día se dedican a actividades económicas, como la agricultura y ganadería de manera casi individual, por ser en su mayoría de autoconsumo. El peligro hacia la niñez como sector altamente vulnerable es inminente, ahora que con esta nueva fase de reapertura de actividades económicas el servicio de transporte interprovincial se reabre. Esto implicará el retorno de más personas a sus comunidades de origen, y muchos de ellos posiblemente infectados.

No sólo se trata de tomar medidas de lucha contra la pandemia, sino también saber qué medidas se tomarán con respecto a los servicios de salud en las comunidades. Pero, se ha visto en los medios de comunicación que muchos gobiernos locales y regionales no están respondiendo a la crisis nacional como debería ser. Las deficiencias que tienen los gobiernos locales en luchar y ayudar a la población sólo han mostrado las caras de la corrupción que no perdonan en una situación de emergencia. Por ejemplo, las compras de los productos de la canasta con precios inflados, hasta la mala calidad de estos productos, no responden a las verdaderas soluciones a la crisis, sino al mandato central. Incluso, al cumplir estos mandatos, se llega a la improvisación de beneficiarios que deberían ser los sectores más necesitados. Esperemos que se posicione en la agenda pública el problema de la infancia, que silenciosamente está poniendo en peligro la vida de miles de niños y niñas del área rural de Huancavelica y de otras zonas rurales en provincias.

 

* Investigador del IEPA. Historiador por la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga y estudiante de la Maestría de Antropología en la PUCP.

 

Publicado el 10-06-2020