Las bandas de música durante la pandemia en Lima |Juan Huayre Cochachin*

Las bandas de música durante la pandemia en Lima |Juan Huayre Cochachin*

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Fuente: Banda de música en Villa María del Triunfo. Fotografía tomada por el autor

El sector artístico es de los más golpeados por las restricciones impuestas por el gobierno frente a la crisis sanitaria desatada por la pandemia del covid-19. Aunque poco a poco se van levantando algunas prohibiciones de aislamiento, la probabilidad de que este sector pueda volver a sus actividades con normalidad es lejana, puesto que su trabajo implica la interacción con una gran cantidad de público.

Dentro de la variedad de agrupaciones artísticas afectadas, quiero destacar la situación de las bandas de música. Los músicos que la conforman se han visto obligados a detener sus actividades, fuente principal de sus ingresos económicos, configurándose como un sector vulnerable. No han recibido ningún bono o subsidio del Estado, pese a que en varios lugares del país se han organizado solicitándolo. En el presente artículo me pregunto: ¿cuál es la situación actual de los músicos?, ¿dónde se encuentran?, ¿cómo enfrentan la crisis?

La banda de música

Las bandas de música abastecen a un gran número de festividades que se realizan en el país. Su campo de trabajo es extenso, tanto como su número de integrantes, que suman entre 10 a 30 músicos. Poseen un repertorio muy variado porque interpretan una gran cantidad de géneros musicales, como la música clásica, militar, religiosa y bailable. Por tal motivo, son versátiles y se adaptan rápido a los requerimientos de sus contratistas.

La mayoría de estas bandas de música son informales, sus miembros no cuentan con sueldos fijos, seguros de salud u otros beneficios. Por esta razón, con la pandemia se han visto seriamente golpeados. Ya sin ahorros los músicos deben salir a buscar el pan de cada día. Muchos dejaron la música para participar en otros rubros, como el comercio, pero otros persisten. Un pequeño grupo realiza conciertos virtuales, mientras otros, especialmente los jóvenes, salen a las calles para tocar en algunos distritos de Lima. En lo que sigue, reflexiono especialmente sobre estos últimos.

Zonas populares

Los lugares preferidos por las bandas de música son los conos de la ciudad. En estos se reporta un creciente número de bandas que salen a tocar por las calles. En el cono norte, las zonas de los Olivos, Comas, Pro; en el cono sur, Villa el Salvador, Villa María del Triunfo, San Juan de Miraflores, Lurín; y en el este, Ate y Santa Anita. Especialmente en estos dos últimos hay una mayor aparición de bandas de música, debido a que están conectadas a la carretera central, donde se realizaban numerosas fiestas sociales. Incluso, aquí llegan bandas de zonas más alejadas, como Chaclacayo, Chosica, etc. El Callao, Surquillo y el Rímac tampoco se quedan atrás, ya que también hay reportes de bandas en estos lugares. De tal forma, son principalmente las zonas populares sus lugares de trabajo predilecto.

Hay poco o casi nada de reportes de bandas de música tocando en las calles de distritos como San Isidro, San Borja, Miraflores o Barranco; y si los hay, es solo para ver cómo se les restringe y sanciona. Por ejemplo, hace unas semanas atrás, el director de la banda Bandemia fue multado con S/. 2,150 por tocar con su grupo en una calle de San Isidro, pese a que fueron los mismos residentes quienes les solicitaron sus servicios [1 ].

Adaptación, estrategias y solidaridad

Tras levantarse algunas restricciones del aislamiento, las bandas de música se vuelven más activas. Aunque no solo ellas, sino también los mariachis, jaraneros, orquestas típicas, danzantes, etc. Ellos comparten las calles y las convierten en una fiesta.

Frente a la crisis las bandas han tenido que adoptarse y plantear estrategias que les permitan mayores beneficios. Por ejemplo, el número de sus integrantes se ha reducido. Para dividirse en grupos más pequeños han valorado la función del instrumento que toca cada uno, así como su ubicación en la ciudad. Así, alrededor de 5 a 7 músicos salen a las calles a manguear, es decir, solicitar una donación voluntaria de dinero. Mientras sean grupos pequeños, lo poco que recauden constituirá una mayor ganancia para cada uno. Asimismo, los músicos no solo tocan en una banda, pueden participar en otras e incluso formar nuevas.

Otra estrategia es la construcción de un mapa mental de los gustos musicales de la gente que habita determinadas zonas y distritos de Lima. Como se mencionó, las bandas de música se han caracterizado por su amplio repertorio: “la banda toca de todo”, se suele escuchar en las fiestas sociales. Esto les ha permitido afianzar su capacidad de observación y reconocer las reacciones del público, las cuales registran para preparar y adaptar sus repertorios. Chano Morales, músico saxofonista que toca en distintas bandas de Ate y Santa Anita, comenta:

[…] Santa Anita es un distrito mixto, se podría decir que le gusta de todo. Tocamos boleros, baladas, rock, salsa, huaynos y no hay problema, pero Vitarte es más folclórico. El distrito de Vitarte no es igual al distrito de Santa Anita, ahí es un tema muy distinto y el repertorio cambia. Como que en Vitarte hay más gente del centro del Perú, Huancavelica, Huancayo.

Sus presentaciones las realizan de dos formas. La primera, es el estilo pasacalle, donde la banda toca diversas melodías en formación de desfile, uno detrás de otro, caminando lentamente sin detenerse. Para ello, uno de los integrantes lleva un sombrero o bolsos para recaudar las propinas del público. En la segunda, la banda se detiene en puntos exactos, especialmente en las intersecciones de las avenidas, donde tocarán dos o tres canciones en forma de retreta (conciertos en lugares públicos). Los músicos de viento en posición de media luna y la percusión al centro, dejando el sombrero delante del grupo para que las personas que pasen puedan echar algunas monedas. Concluidos los temas musicales, continúan su recorrido. En ambas formas, los músicos caminan grandes tramos, recorriendo distintos sectores, pasando por barrios, urbanizaciones, condominios, traspasando distritos. Por eso los han empezado a llamar: los caminantes del sabor [2 ]

Finalmente, en los cuidados, el uso de la mascarilla y el distanciamiento físico entre ellos mismos y con el público son importantes. Siempre procuran cumplir con las normas. Las reacciones del público frente a las bandas de música son diversas. La mayoría suele recibirlas con algarabía. Los niños son los más entusiastas, aunque también los adultos mayores y las familias. Les hacen pedidos musicales. Sin embargo, también está presente la otra cara de la moneda, quienes les discriminan. Chano dice que:

[…] Hay personas que te dicen ¡hey, cállate!, ¡estoy durmiendo! A veces algunas con lisuras. Algunos menosprecian al músico, nos dicen: “te voy a dar un sol, pero tócame como una rocola”. ¡Un sol por tema! Uno los mira y no le puedes responder, no le puedo decir nada. Si supieran que no es porque uno quiere estar así, sino porque simplemente han pasado cosas que nadie esperaba. Pero llegas a otra cuadra, con la cabeza baja, y viene una persona que te dice: ¡qué hermoso! ¡qué bonito tocan! ¡otro tema! ¡otro tema!, y el mal rato desaparece, eso nos pasa a cada rato.

Conclusiones

Frente a la precariedad laboral, agudizada con la crisis, las bandas de música intentan adaptarse, replantear sus estrategias y sobrevivir. Un sector importante de ellas está llevando música en vivo a las puertas de nuestras casas. Sus integrantes salen a las calles, delimitan nuevos puntos o rutas de trabajo, adaptan sus repertorios y van conociendo los gustos musicales de un público muy amplio.

Las calles son espacios de sobrevivencia por antonomasia. En el contexto de la pandemia, se generan nuevas formas de sociabilidad, entre músicos, y entre ellos y la gente, así como relaciones de empatía, pero también viejos problemas, como la discriminación.

El apoyo económico anunciado por el gobierno para el sector cultura aún no se concreta. Y si así fuese, probablemente no llegaría a todos, ya que los requisitos que exigen resultan poco asequibles [ 3], y muchos son informales, como las bandas de música.

Si estos músicos pasan por nuestras calles, podríamos salir a disfrutar de su música y apoyarlos, lo que los motiva a continuar luchando. Sin embargo, nuestra acción no invisibiliza la precariedad laboral en la que se encuentran sumidos muchos.

* Maestro en la especialidad de Saxofón en la Universidad Nacional de Música y estudiante de la Maestría en Musicología en la PUCP.

Notas:

Entrevista: Chano Morales, músico saxofonista, entrevistado por el autor el 19 de Julio 2020.

[1 ]24 Horas (2020). Músicos denuncian que camioneta de Fiscalización de San Isidro casi los atropella. Lima: Panamericana. Recuperado de: https://n9.cl/gspbk

[2]Reporte Semanal (2020). Música callejera sin aglomeraciones. Lima: Frecuencia Latina. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=3TxKzzoP5EA

[3 ]La Mula (28 de agosto de 2020). Artistas independientes de duelo frente al Ministerio de Cultura. Recuperado de: https://n9.cl/1yjv4

 

Publicado 07/09/2020